Crean Cooperativa en Guatemala
Sólo falta una firma en el contrato para que la aldea de Río Azul, en el pueblo de Jacaltenango, Guatemala, reciba un dinero para comenzar una cooperativa de café.
Igual es el caso de las familias de la Aldea Cuá, en la zona de Cuilco, donde con unos 2.500 dólares en subvenciones comenzará una cooperativa de pollos.
Estos proyectos, liderados respectivamente a nivel local por los guatemaltecos Jerónimo Camposeco y Roberto Monjarás, forman parte del programa Challenge Grant del Center for International Migration and Integration.
La idea de financiar estos proyectos es darle a los residentes de estos pueblos en Guatemala opciones viables para permanecer en sus países, según Rebecca Bardach, representante estadounidense de CIMI, con sede en Israel.
"Para mucha gente, si realmente sienten que no hay viabilidad económica para permanecer (en su país), la única manera de sostener a sus hijos es emigrando", dijo Bardach. "Idealmente, a través de estos proyectos individuales y en general este tipo de trabajo con grupos de diáspora en Guatemala, pienso que podemos hacer la diferencia en cuanto al problema social y económico".
Camposeco, quien presentó la idea de establecer un proyecto de producción y distribución de café en su natal Jacaltenango, quiere crear fuentes de trabajo para mejorar el pueblo.
"Lo segundo es evitar la inmigración. Eso destruye familias, hay problemas de choque cultural, problemas de deportación y el problema económico", dijo Camposeco.
Con el dinero de CIMI, Camposeco y sus colaboradores en Guatemala quieren poner a trabajar a unas 250 personas, y posiblemente unir la cooperativa cafetera a una que ya existe y que involucra a otras 300 familias. Además de la producción de café, Camposeco quiere que las mujeres colaboren no sólo con la producción, sino también haciendo artesanías para vender. Los chicos igualmente serían educados con maestros bilingües que Camposeco quiere atraer a la zona.
En Cuilco, Monjarás quiere que sus colaboradores críen gallinas para vender los huevos. Dice que el dinero de CIMI es sólo para comprar unas gallinas, y los participantes van a construir las galeras y otros aspectos del proyecto.
"Queremos crear cooperativas para que la misma comunidad pueda devolver cierto porcentaje de las ganancias para la educación, algo que se necesita en la comunidad", dijo Monjarás. "Más que eso, que participe la gente de la comunidad inmigrante de aquí para que ellos puedan invertir en sus comunidades y crear fuentes de trabajo en su comunidad para que ya no tengan que emigrar".
Bardach dijo que estas dos cooperativas son las primeras en recibir fondos de CIMI, pero no sabe si la organización ofrecerá más dinero en el futuro para estos u otros proyectos.